En pleno corazón de Las Landas (Francia), concretamente en la pequeña localidad de Seignosse, se encuentra este precioso lago, protegido bajo la etiqueta de Reserva Natural.
L'Etang Noir, cuyo nombre se traduciría Estanque Negro, toma su apelativo sin duda de sus aguas oscuras y su frondosa vegetación. Es una reminiscencia de las tierras pantanosas y los humedales que poblaban una vez estas tierras del sur de Francia, en tiempos lejanos y mucho más inhóspitos.
Hoy podemos hacernos una idea de cómo era aquella naturaleza salvaje visitando esta reserva en un sencillo recorrido de apenas 15 minutos. Con suerte puede que atisbemos una nutria, alguna garza o garceta, pero lo que seguro que no pueden faltar son los cormoranes anidando en sus orillas.
La reserva está dotada de un pequeño aparcamiento con aparcabicis incluido si hemos decidido acercarnos a dos ruedas. Junto al estacionamiento una caseta informativa/museo y después iniciaremos el recorrido sobre el camino de tablones que nos lleva al corazón del humedal, paseando entre árboles reclinados y helechos primitivos.
Los tablones forman una ruta circular directamente sobre las aguas pantanosas y sus orillas de fango y de pronto se abren a uno de los dos miradores con los que cuenta el recorrido. Unas espectaculares y despejadas vistas al L'Etang Noir.
Tras maravillarnos con el lago y hacer un photobook, seguiremos el recorrido sobre las maderas hasta el segundo mirador, que no tiene nada que envidiar al primero para después continuar el itinerario y finalizar en nuestro punto de partida.
Os aconsejo hacer el trayecto en silencio, a ver si tenéis la suerte de vislumbrar algún animalillo despistado.
Si aún os habéis quedado con ganas de más, podéis disfrutar de otra bonita panorámica del lago a poco menos de 5 minutos a pie. Para ello hay que salir del circuito hasta el aparcamiento de nuevo y seguir la carretera de la izquierda. Veréis un recinto deportivo, con pistas de tenis y un campo de fútbol. Seguid la calzada hasta el final del recinto y girad a la izquierda, al final del asfalto os sorprenderá una nueva estampa del estanque, quizás para mí la más hermosa de todas. Al atardecer los tonos acuarelados forman un espectáculo mágico.
Las Landas son un destino popular para los turistas vascos ya que se encuentran a apenas 30 minutos de la frontera y a una hora de San Sebastián y permite gozar de un paisaje muy diferente y relajante,con infinitas opciones de ocio al aire libre. Ya sea durante unas vacaciones o un fin de semana, tomar 30 minutos de tu tiempo para visitar este pequeño tesoro natural no tan conocido es tiempo bien invertido. ¡Ya me diréis vuestra opinión!
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