El Parqué Ecológico de Plaiaundi es uno de nuestros lugares favoritos para una escapada rápida cuando nos apetece desconectar y disfrutar de la naturaleza.
Situado entre el río Bidasoa y la regata de Jaizubia, este espacio es un pequeño refugio para las aves migratorias con unas magníficas vistas a la Bahía de Txingudi. Forma parte de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Txingudi y el Lugar de Interés Comunitario (LIC) Txingudi-Bidasoa, así como la Lista de Humedales de Importancia Internacional Ramsar. Este espacio hará las delicias de los amantes de las aves, pero también es un recorrido sencillo e ideal para toda la familia.
Cuenta con aparcamiento y en la entrada encontramos el Centro de Interpretación donde al parecer se organizan visitas guiadas para grupos, aunque nosotros siempre los visitamos por nuestra cuenta. Es un circuito circular con paneles informativos que no tiene pérdida. Solo hay que seguir el camino.
Comenzamos el itinerario entre dos estanques habitualmente rebosantes de varios tipos de patos y en ocasiones algún que otro cisne también.
Desembocamos en unas preciosas vistas panorámicas de la bahía, con las aves marinas en sus orillas y Hondarribia de fondo.
Después nos esperan dos lagunas de agua salada conectadas a la marea mediante un sistema de compuertas y donde podemos disfrutar de las aves migratorias a lo largo de varios observatorios.
Para ello seguimos el sendero hasta una bifurcación y nos desviamos a la izquierda para dar con el primer observatorio. Más tarde volveremos sobre nuestros pasos hasta el cruce para tomar el camino que antes no hemos escogido hacia la otra laguna y sus observatorios. Garzas, garcetas, chorlitejos, cormoranes... son solo algunas de las aves que podemos encontrar.
Tras gozar de la naturaleza, seguiremos la senda a la sombra de un bosquecillo, con alguna pequeña campa salpicando el marco, quizás con algunas ovejas pastando.
¡Y con suerte, puede que salgan a saludarnos las simpáticas nutrias!
Acabaremos el trayecto donde lo hemos empezado. 2 kms de paseo, apenas 30 minutos, ¡y cuánta belleza natural!
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